martes, 24 de agosto de 2010

La invasión de los girasoles mutantes

Episodio 18: El Doctor en el infierno.
Nada. Una oscuridad extrema y un silencio cargado de tristeza. El costado no le duele. Bueno, no le duele físicamente, pero recuerda la hoja entrando y la frialdad en los ojos de Celine. Nada. El más absoluto vacío. Cada paso que da no le lleva a ninguna parte, la oscuridad se lo come todo, hasta el movimiento.
-¿Bienvenido, hijo? –la voz del hombre llega al mismo tiempo que su imagen. Esta vez si puede verle la cara. Es un hombre hermoso. Demasiado, con una larga melena negra y la piel muy blanca.
-Por fin te dejas ver –dice el Doctor.
-Yo nunca me he ocultado, solo que tú no estabas preparado para verme.
-Ya. Y dime ¿dónde estoy?
-Es obvio, ¿no? –responde el hombre con una sonrisa-.Tu querida amada te clavó una buena dosis de acero en el costado.
-Ya sé que estoy muerto. ¿Pero dónde exactamente estoy?
-Eso es fácil también. Estás en el infierno.
-¿Esto es el infierno?
-Es distinto para cada persona, hijo. El tuyo, tal y como esperaba, es muy parecido al mío. Un vacío absoluto. Una tristeza cegadora. Supongo que todos los que fuimos traicionados por aquél al que amábamos tenemos un infierno parecido.
-¿Quién eres? Dímelo de un a vez.
El hombre le mira muy fijamente y su mirada desprende calor. Y un frío aterrador que afecta al alma y no a la piel.
-Ya sabes quién soy. Di mi nombre.
El Doctor está a punto de decirle al hombre que no sabe quién demonios es el, que no tiene ni idea de su nombre. Pero una palabra se cuela desde lo más profundo de su subconsciente. Una palabra de letras de fuego que le llena por dentro.
-Lucifer.
El hombre sonríe y hace una reverencia.
-El Portador de Luz. El Lucero del Alba.
-El Demonio –añade Spawlding.
-¡Yo no soy ningún demonio! –la voz del hombre casi tira de espaldas a al Doctor- Soy un ángel. El más hermoso de todos los ángeles. La mentira católica me ha convertido en el mal, el portador de desgracias. Pero solo fui el que no se plegó a la norma. Solo he sido el chivo expiatorio con el que la iglesia ha enmascarado la parte malvada de Dios.
-¿Dios tiene una parte malvada?
-Dios lo es todo, hijo mío, no tengas una visión tan limitada. El bien y el mal. Ya hora le ha declarado la guerra a la humanidad. Primero os creó y nos dio la espalda a nosotros, a sus más fieles servidores. Os dio el regalo de poder elegir, cuando nosotros teníamos que obedecer. Pero ahora, hijo mío, igual que le pasó con nosotros, se ha cansado de vosotros.
-Dices que Dios quiere acabar con la humanidad.
-Está utilizando esa Corporación, en lugar de un diluvio, pero sí, en esencia.
-¿Y se supone que tú vas a ayudarnos? ¿Por qué? Tú nos odias.
-El odio es una carga muy pesada para portarla durante toda la eternidad. Ya está bien. Si nos quiere abandonar que nos abandone, pero que nos deje tranquilos, no le necesitamos. El mundo para los humanos y el Infierno, mi reino para mí. De todas formas, no están tan lejos el uno del otro.
-No lo entiendo. Nos ayudarás, nos regalarás la tierra y tú, a cambio, ¿solo quieres esto?
-Otra vez estás siendo limitado –el hombre extiende los brazos y de pronto están en un campo, con un sol de tarde embriagador y pequeñas construcciones de corte clásico diseminadas por aquí y allá. Hay mucha gente, hombres y mujeres que hablan, pasean leen, beben, hacen el amor-. Este es mi reino. Llevo milenios esculpiéndolo para mí, para mis hermanos. Para ti, y para los hijos de mis hermanos. Los Nephilim.
-Ya me llamaste eso otra vez. ¿Qué es eso de Nephilim?
-Hay muchas leyendas. Gigantes de la Grecia clásica. Super hombres del Antiguo Testamento. Pero la verdad es más sencilla. Un Nephilim es el hijo de un ángel nacido de una mujer humana. Yo soy un ángel, yo pasé una noche con tu madre. Y tú eres mi hijo.
-¿Hay más como yo?
-No muchos, me temo. El Cielo eliminó a todos los que sus ángeles tuvieron con mujeres humanas. Yo protegí a los que tuvieron mis hermanos.
-¿Hermanos?
- Loas ángeles que me siguieron en mi levantamiento y fueron expulsados junto conmigo. Los que la iglesia llama demonios. Sus hijos son apenas un millar, pero te seguirán. Se unirán a la causa de los hombres.
-Espera, espera, espera. ¿Cómo que me seguirán? ¿A mí? Yo no soy nadie. Solo soy un estúpido que tropieza mil veces en la misma piedra y que no es capaz de hacer que nadie le quiera, ni de mantener a nadie a su lado.
-Pero eres el más poderoso de los Nephilim, el hijo del más poderoso de los ángeles.
-Te diré quien sé que soy, amigo. Un asesino, una ladrón que se ha arrastrado por caminos polvorientos y que lo único noble que ha hecho en su vida amar ciegamente a una mujer que ha tratado de matarme ¡dos veces! Pues mira, para mi dos son más que suficientes. Por lo que a mi respecta el Infierno está bien. La tierra esta muy lejos. A una vida de distancia. Que peleen los vivos.

Cansado. Muy cansado. Lo último que esperaba era que no pudiera descansar en la muerte. Sigue teniendo que recordar. Cada uno de los sentimientos está ahí. A mil mundos de distancia, el peso que lleva a la espalda parece tirar más de él hacia abajo. Está sentado al borde de pequeño lago y tira piedras al agua con aire distraído, mientras que piensa que mataría por un trago.
-¿Te importa que me siente?
Levanta la cabeza. Junto a él hay un hombre. Parece más joven que él, lleva gafas y una larga melena recogida enana coleta.
-¿Y quién eres tú?
-Soy Jacob, el hijo de Azazel.
-Vaya, otro Nephitonto. Haz lo que quieras.
Jacob se sienta junto a él, le alarga un bote de cerveza y luego abre otro para él. Spawlding lo mira sorprendido.
-¿Hay cerveza en el Infierno?
-Claro, ni que estuviéramos en el Cielo, aquí saben divertirse. ¿Así que tú eres el famoso Peter Connor, el hijo del jefe?
-Eso parece.
-¿Sabes? Esperaba algo bastante más espectacular.
-Pues es lo que hay. O lo qué queda más bien.
-Llevamos tiempo esperándote, Peter.
-Pues, chico, habéis perdido el tiempo.
-Ya –Jacob de un trago a la cerveza-. A todos nos pasa lo mismo. Hemos dado tumbos abandonados y perdidos y de pronto nos saltan la bomba de lo que somos. Pero, ¿sabes qué? Que al fin, sí lo piensas, te dan una oportunidad de darle una buena patada a toda la mierda que llevamos años tragando.
-Mira, amigo. Me duele el pie de tantas patadas que he dado. Y el montón de mierda es cada vez es más grande.
-Esta vez seremos muchos pies. Nadie cuenta con nosotros. Y en cuanto aceptas tu naturaleza, no te imaginas lo que puedes hacer. Hay gente abajo que todavía nos necesita.
Gente abajo. Peter ya ha pensado en eso. Gente abajo que le ha dado por muerto. ¿Cómo explicar todo aquello? La muerte, el regreso, Lucifer. Todo parece un macabro sueño.
-¿Sabes qué tus amigos se dirigen a una trampa?
-¿Qué?
- Han unido un pequeño ejército y se dirigen a enfrentarse con la Corporación. Solo que las fuerzas a las que se van a enfrentar son mucho más poderosas de lo que esperan. Se dirigen a una muerte segura, Peter. No hay tiempo para crisis de identidad. Tienes que volver. Con nosotros. Y montar todo el ruido que podamos.
Peter maldice para sus adentros. Solo había una cosa que pudiera hacerle regresar. Acaba la lata y la aplasta.
-¿Qué hay que hacer?
Jacob se pone de pie y le hace un gesto para que le imite. Esta frente a él.
-Es fácil. Dame la mano.
Peter hace lo que Jacob le dice e inmediatamente un calor inmenso, pero no doloroso, recorre toso su cuerpo. Un segundo después siente un éxtasis y un par de alas surgen de su espalda, negras como la noche y apenas tangibles.
-Ya está amigo, el ejército de los Nephilim está completo. Vayamos a patear traseros –dice Jacob sonriendo al tiempo que despliega sus alas, rojas como el fuego y con una sonrisa, se bebe la cerveza de un trago.

8 comentarios:

Hache dijo...

¡Qué velocidad! Un capítulo egocéntrico al 100%.

Anónimo dijo...

jajajajaj la verdad es que un poco egocentrico si le ha quedado,bueno la verdad es que la tira cada vez se ha ido volviendo mucho mas egocentrica . pero bueno aqui seguimos enganchados a ver si a algun secundario se le ocurre alguna genialidad¡¡¡¡¡¡¡

Doctor Spawlding dijo...

a ver, desinformaos. Este capitulo sirve tanto para explicar que le habi pasado al personaje del Doctor como para introducir a Jacob, que no sabis.

Anónimo dijo...

de desinformado nada ¡¡¡¡¡¡¡que soy de los pocos que lleva siguiendo esto desde el primer capitulo ¡¡¡¡¡¡¡ es una simple critica constructiva jejejejejej y por cierto ya estas tardando en colgar otro capitulo........

Trescero dijo...

¡Pues parece que has perdido el ritmo! O es que quizá te guste tenerte como última entrada...

Doctor Spawlding dijo...

Las fiestas de Alcala, que han sido muy duras y laaaaargas.

Eriwen dijo...

Oh oh, sorpresa el Doctor se llama Peter... y oh oh le salen unas alas negras.

Mira que la historia me encanta, pero es para golpearte

Doctor Spawlding dijo...

golpeame que me encanta, siiiiiii!!!!!